martes, 14 de junio de 2011

Ay, vidrio entrañable


El vidrio no se rinde.
Afilado, no se cansa
de metérseme, y vive
indicándome su masa.

Me repite, agobiado
de su terrible origen
y su destino frustrante
que, no se, pero elige.

No vi de donde salio
solo miro sus desiertos
ya no razono su clamor
nada es del todo cierto.

Desearía, no obstante
que conociera el dolor
fundiéndose en el calor,
renaciendo principiante.

Se que si saliera de mi
si se liberara mi centro,
quedaría tirado por ahí
sin momento ni cuento.

Se ira un día de mi piel
lo que ocasiona mi mal.
Finura, que como ley
superara siendo cristal.

Ay, vidrio entrañable,
escondido no brillaras
No sirve ser ocultable,
deja traslucir la verdad.

miércoles, 8 de junio de 2011

Ultimo suero


Que era como sumergirse en un río
y al mismo tiempo, intentar respirar,
Te advertí: "No trates de quererme"
pronto anhelarías mi cuerpo matar.

Te confesé ebria, y con aire valiente
que si lastimaba, jamas discriminaba
y si te entregabas, solo alimentabas
a mi corazón enfermo, loco, hiriente.

Te sometiste a oír tu convencimiento
y comenzaste, ceguera, tan inútil labor.
No viste que, vago, tapa el sufrimiento
ese amor de saber agrio llamado dolor.

Pálido, y consumido como un habano
partiste, sin fuerzas ni para mirarme
como antes solías, tomando mi mano
y cerrándome los ojos, para besarme.


Quizás, cuando se termine mi tiempo,
cuando, vieja, trague mi sutil veneno,
atragantada, de tu recuerdo necesite
como ultimo suero, todo lo que fuiste.