lunes, 17 de octubre de 2011

Aplaudiré furiosa


Impensable, azaroso te golpeó

lo que vino y devastó tu rutina

Como pensar perder así la vida

de ésa que, fiel, te amamantó?


Demasiado temprano, mi cielo;

saltó el crepúsculo y oscureció.


Cumpliste con el ritual preciso

de drenar de tu almita, el dolor,

que muy alejado de lo conciso

marcó para siempre tu corazón.


¿Podría acaso tremenda pérdida

robarle al cielo un botín mayor?


Sos una montaña de plegamiento

que emerge, por revuelta interior

Fuerza, que obró tu hundimiento,

y luego te eleva, por obligación.


Nuevos caminos, bellas praderas;

impensada riqueza también llegó.


Y ya desde tu cima, te veré pronto

como águila, que se lanza al vacío.

Ya no pegándose contra lo hondo

sino conquistando todo dominio.


Aplaudiré furiosa, lo que El ya quiso

cuando cambio tus lagrimas ,en vino.