Fruto de una crianza campestre, Felix es un hombre de pocas palabras. No es la expresion simbolica lo suyo, sino mas bien llevar a cabo materialmente lo escaso que se le cruza por la cabeza . Trabajar, comer, dormir, asearse y a los sumo, ir a la cancha son sus actividades. Algun observador malvado lo hubiera equiparado con cierto espècimen animal. Sin embargo, cualquier empleado del microcentro envidiaria la tanquilidad en la este campesino vive inmerso, a pesar de habitar la selva de cemento.
Dueña de un optimismo casi infantil, Tessa no suele frenar su tsunami de carcajadas para "reflexionar". Su vida esta delimitada por su trabajo, marido, la comida y tal vez, distanciadas visitas a la peluqueria o el cine. Puede que no coincida con el modelo de mujer ofrecida por las telecomunicaciones. No obstante, mas de una desearia sentir la plenitud que ella experimenta cotidianamente.
Ambos parecen no tener demasiadas ambiciones; èl, quizas anhele estar en pareja y ella, viajar mas alla de Buenos Aires. Viven literalmente el hoy como si fuera la unica temporalidad posible. Poco se acuerdan del pasado o piensan en el futuro. Es cierto que sus charlas son limitadas e inclusive tantean la ignorancia. Aun asi, no creo que les importe.
Personalmente, pienso que estos estilos de vida son mas que afortunados. No cargan con el stress de la exigente y absorvente competencia actual ni los esclavizan altas expectativas de desarrollo exitista. No se hacen esas preguntas cuyas respuestas inexistentes impiden dormir. Tampoco parecen pensar en lo que les falta, perdieron o no lograron. Podran enumerar miles de necesidades...que no impiden que celebren su vaso lleno!
Seguramente, estos modos de vida tendran carencias, dificultades, problemas como todas las existencias que caminan bajo el sol. Solo que su peculiar manera de valorar las cosas, desde la casa que los cobija hasta un par de zapatos, se muestra como causante de una diferencia. Fue ese perfume agradecido lo que me atrajo a contemplar un rato a estas personas tan basicas, tan simples, tan felices.
Dueña de un optimismo casi infantil, Tessa no suele frenar su tsunami de carcajadas para "reflexionar". Su vida esta delimitada por su trabajo, marido, la comida y tal vez, distanciadas visitas a la peluqueria o el cine. Puede que no coincida con el modelo de mujer ofrecida por las telecomunicaciones. No obstante, mas de una desearia sentir la plenitud que ella experimenta cotidianamente.
Ambos parecen no tener demasiadas ambiciones; èl, quizas anhele estar en pareja y ella, viajar mas alla de Buenos Aires. Viven literalmente el hoy como si fuera la unica temporalidad posible. Poco se acuerdan del pasado o piensan en el futuro. Es cierto que sus charlas son limitadas e inclusive tantean la ignorancia. Aun asi, no creo que les importe.
Personalmente, pienso que estos estilos de vida son mas que afortunados. No cargan con el stress de la exigente y absorvente competencia actual ni los esclavizan altas expectativas de desarrollo exitista. No se hacen esas preguntas cuyas respuestas inexistentes impiden dormir. Tampoco parecen pensar en lo que les falta, perdieron o no lograron. Podran enumerar miles de necesidades...que no impiden que celebren su vaso lleno!
Seguramente, estos modos de vida tendran carencias, dificultades, problemas como todas las existencias que caminan bajo el sol. Solo que su peculiar manera de valorar las cosas, desde la casa que los cobija hasta un par de zapatos, se muestra como causante de una diferencia. Fue ese perfume agradecido lo que me atrajo a contemplar un rato a estas personas tan basicas, tan simples, tan felices.
