miércoles, 21 de diciembre de 2011

Navidad


El relato, de inevitable efecto
finalmente, fue la Verdad.
Èse, el bello sueño perfecto
que llegò, era de carne real.

Rey, hecho del todo plebeyo
trocando metal por madera,
Cubrió su cuerpo de cordero,
dejando al León, en sus venas.

Impacto al universo entero
la venida del aquel Dios niño.
Su llanto fuerte y sus gritos,
daban indicios del Guerrero.

Mezcla de sorpresa, y temor
sentían sus escogidos padres.
Superaba a lo escaso, el honor
y el gozo, de tener al Grande.

Fue acompañado el nacimiento
por otros, esperanzas y soles.
Idéntico loor, agrupò el viento
en animales, magos y pastores.

Bebito, llegaste muy a tiempo,
e iluminaste la oscuridad cruel!
Mesias, deseadisimo por cientos
Tu cuna eterna soy yo, Emanuel!