domingo, 21 de febrero de 2010

Un placer no conveniente...


Ya la primera vez que hablamos me contó su tristísima historia. A Violeta se le había muerto la madre en los brazos, no tenía vivienda segura, su padre estaba sin empleo y solo por milagro ella estaba trabajando mil horas por dos mangos. Era tal la angustia e incertidumbre que transmitía al relatar su cotidianeidad, que era prácticamente imposible para los corazones sensibles no compadecerse y querer ayudarla de algún modo.


En mi caso, comencé a darle una de las ayudas, que según mi criterio, es de las más valiosas. Le regale larguísimas horas de charla, en las cuales no se trataba de mera descarga sino más bien de poner orden a sus ideas y buscar soluciones a sus muchísimos quilombos tanto económicos como interpersonales. Era maravilloso ver que aun los problemas mas tenían muchas soluciones; y que bien me sentía cuando con mi punto de vista exterior, lograban resolverse hasta los embrollos mas retorcidos. Admito que mi inteligencia es una de las fuentes de ganancia narcisista pero también me hace feliz observar que la gente que quiero sale adelante y obtiene éxitos que nunca pensó. Tener una diminuta parte en los triunfos ajenos es un placer divino y nos otorga una significación de multiplicación trascendental.
No es raro lo que vino después; su vida se encamino, empezó a crecer y como era de esperarse, nunca más la vi. La mayoría de las personas en dificultades cuando ya están bien, suelen cambiar de compañeros de camino en todas sus relaciones. No conocí su agradecimiento o al menos el grito de sus goles aunque no me extraño eso sino la manera en que utilizaba sus angustias reales para sacar provecho de los demás. Al tiempo me entere por otros que aquel relato amargo era lo único que daba a conocer de si y con el mismo manipulador fin.
He presenciado diversas técnicas de manipulación: lastima, frustración, victimización, supuesta ignorancia, depresión. La mayoría de las veces son medias verdades, es decir, puede existir o no alguna vivencia penosa pero siempre esta exagerada, adulterada y solo se muestra una faceta de los hechos. Son interpretaciones incompletas de los mismos. Es que la verdad en estado completo nos ubica en el lugar que nos corresponde, y nos hace crecer. Me impresionó el meticuloso plan de Violeta, donde la única agotada fui yo.


Será posible que determinadas experiencias de nuestra vida, en vez de enseñarnos a valorar nos preparen para usar y abusar, inmersos en una egoísta supervivencia? Habré conocido la excepción a la regla? Quien sabe! Solo alargue mi lista de “personalidades-sanguijuela” y cotice mas alto mi sabiduría. Hay placeres que no son convenientes!

domingo, 14 de febrero de 2010

El mejor espectáculo que vi


Tenia 19 inocentes años cuando conocí a Fernando; no puedo decir que era atractivo pero s si el rey de la seducción. Contaba con esa codiciada habilidad de lograr en las mujeres lo que se le antojara, más allá de su apariencia poco agraciada. Podía envolver a cualquiera con sus palabras y encontrar siempre el talón de Aquiles emocional para aprovecharse, logrando así que hasta la mas guapa lo mirara. Su sentido del humor y su talento de Travolta, complementaban el resto de su plan para obtener la flaca que quisiera. Obviamente, no se conformaba con una; le gustaba jugar a varias puntas a la vez. Y yo no seria la excepción!

Me invito a cenar aun lugar re lindo. Apenas vio mi defensa tan alta, recurrió a la frase mas adecuada como “solo quiero conocerte”. A partir de ahí y por 6 meses comenzó una oleada de histeriqueos, idas y vueltas, malos entendidos y acercamientos…solo que mi primera impresión no había cambiado. Es que desde el primer momento, mi intuición me gritaba: Peligro!!! Pero eran tales sus maniobras que logro que no la escuchara y por unos meses mi corazón se ilusiono. Como era de esperarse todo termino cuando me entere de muy buena fuente que mientras juraba interés hacia mi, intentaba al mismo tiempo captar a una de mis amigas. Como jugada fue tan fina, logro que cayera en un bajón que me costo 6 kilos de mi peso y litros de lagrimas. Luego de un tiempo, lo supere aunque dentro de mí existía un reservorio de bronca bastante importante.

Tres años después me lo encontré; para mi sorpresa su facha de ganador, su carisma y zalamería se encontraban opacados. Como teóricamente entre nosotros había que dado “todo bien”, le pregunte como andaba. Y comencé a saborear el dulce sabor de la venganza al escucharlo. Resulto ser que se había enamorado y su chica, el día que firmarían un departamento para irse a vivir juntos…lo había abandonado! ¡Que hermoso contemplar tal paga con tales intereses! No les puedo explicar la fuerza que tuve que hacer para contener mis terribles carcajadas. Hasta ahora que lo escribo me duran. Me despedí de él y de regreso a mi casa le di gracias a la vida por haberme permitido ver como todo vuelve.

Siempre había escuchado que cosechamos lo que sembramos, que no hay que escupir para arriba, que nuestras acciones tanto buenas como malas son como un bumerang. Solo que tener la posibilidad de experimentarlo en vivo y en directo fue como haber asistido al espectáculo de mayor calidad, en la primera fila y con entrada gratis
Cuando terminé de reírme, reconocí que parte de mi recuerdo de aquel mal trago se redimió y me prometí muy seriamente poner el mayor cuidado al sembrar, al hablar, al vivir.

domingo, 7 de febrero de 2010

“Jekyll and Hyde” vs. un fuego


Todos en el barrio adoraban a Luis; es que a simpe a vista era un buen muchacho. Trabajaba, estudiaba educación física y competía en el quepo de basket local.
Para sus compañeros, era el tipo más confiable, nada conflictivo. Para sus amigas, era un flaco divino, sensible, que sabia escuchar y encima escribía poesías. Por tales motivos, no era raro que Sheila se haya interesado en tan atractiva imagen.
Comenzaron a conocerse y todo iba espectacular. Parecía cierto que era un chico sincero y copado. Así fue que comenzaron una relación, que inesperadamente duro solo 3 meses.

Me la encontré una tarde y me comento lo sucedido; más que triste estaba asombrada. Resulto que en cuanto oficializaron su relación, las cosas cambiaron drásticamente. Luis literalmente se transformo en una especie de monstruo que lo único que hacia era celarla. Le cuestionaba la ropa, los amigos, las salidas. Controlaba cada uno de sus movimientos y si no hacia lo que él quería, dejaba de hablarle, agredía y maltrataba. Si ella lo enfrentaba, se ponía a llorar para hacerla sentir culpable. Vivía comparándose con otros flacos a los que ella ni registraba. Hasta le había prohibido salir sola y mirar programas de televisión donde actuaran galanes. Me confeso que al principio un poco le extraño pero veía que varias de sus amigas vivían situaciones similares con sus novios y creía que era normal. Lo único que no había cedido para que el ahogo no la matara eran sus clases de comedia musical. Un sábado, cenando luego de una muestra a la que él había asistido, el tipo le dijo que era una tarada por que la estaban “usando”. Que no entendía como no le pagaban, que en este estudio se estaban llenando de plata a costa de ella y las otras alumnas. En ningún momento la felicito por la excelente y deslumbrante actuación que Sheila había brindado; era lógico, si lo que quería era que abandonara su carrera también! Para ella, eso desbordo la copa; haciendo la vista gorda podría entender esos celos como “muestras” de interés (Cuanta enfermedad!). Pero que le cuestionen y menosprecien lo que mas amaba, eso si no aceptaría. Fue así que decidió terminar, luego de escuchar un sin fin de amenazas, inculpaciones, reproches y mas cosas horribles.

Cuando me la encontré ya hacia 6 meses de tales sucesos. Le pregunte como había quedado, como se sentía y me contó que bien. En cuanto volvieron a ser solo conocidos, él se torno tan cordial y buena onda como antes de que salieran. Inclusive, actuaba como si nada hubiera pasado! Al principio me mate de risa y le dije que era una privilegiada al poder conocer al famosísimo Jekyll and Hyde, o por lo menos a uno de los prototipos que inspiraron al autor.
Llegue a mi casa y no dude en reflexionar sobre este relato; sí, él estaba enfermísimo…igual que ella. Será que hay ciertas miserias que se esconden tras lo mas puro para pasar desapercibidas y ejercer mayor efecto? Acaso se volvería compulsión el ceder, asociado al justificativo sentimiento de victima? Mas allá de todo, comprobé nuevamente que aquello que nos quita el aliento, puede muchas veces, salvarnos. Quizás el ser, viéndose en peligro recurra al mas inextinguible de los fuegos...Ese llamado pasión. Menos mal que en mi amiga existía! Sino…que hubiera pasado?