domingo, 3 de enero de 2010

Suele pasar…


Rita es una hermosa persona; por dentro y por fuera. Gente de antes, con valores y ética. Una de las pocas por las que pondría las manos en el fuego. Y me apena lo que le sucede.

Lleva ya 40 años de felizmente casada (envidiable!) y sus dos hijas la han hecho abuela de 4 bellos nietos; es totalmente lógico y aceptable que ella como abuela se desviva por ellos. Y parece que sus hijas se aprovechan de su nobleza: los lleva y los trae del jardín, los cuida la mayor parte del día, les organiza en su casa los cumples, los cuida cuando están enfermos. Como si fuera poco, más de una vez les prepara la cena a las dos familias enteras. Y si sus yernos e hijas tienen que hacer algo, no dudan ni un instante en encargarle no solo los nietos sino cualquier cosa, como tramites o catering.

Cualquiera podría pensar que esta bien, que es normal que actúe así, pues esta disfrutando a sus nietos y ayudando a los progenitores. Puedo entenderlo. Pero lo que no es normal ni justo ni ético es que sus hijas literalmente le tiren todo el laburo de crianza a ella y encima dispongan de su tiempo como si ella no tuviera vida propia. Por supuesto que la tiene!!! Además de ocuparse de su casa, es profesora yoga, con el uso de tiempo que eso implica y adora salir con las “chicas” a tomar el te a cafeterías paquetas. Pareciera que olvidan que Rita ya es grande y obviamente se cansa (Tiene 68 años!), aunque aparente menos edad por su vitalidad. No es por trabajar que se los dejaban; era por comodidad.

Un día, la visite y no daba mas. Estaba agotadísima y enojada. Había cancelado una salida programada con mucha anterioridad, porque le habían enchufado un nieto de imprevisto. Inmediatamente, y debido a la confianza, le hice un pequeño interrogatorio: Porque no podía decir que no? No se daban cuenta sus hijas que ella ya era grande y su cuerpo ya no resistía la crianza de niños pequeños? Y aunque resistiera…es que acaso no debían ellas hacerse cargo (pendejas cómodas!) ? Su respuesta me sorprendió. En un arrebato de sinceridad, me dijo que desde que ellas eran adolescentes, habían preferido siempre a su padre; con él hablaban, a él le demostraban el cariño. Tuvo que hacer terapia para superar la angustia de sentirse hecha a un lado. En resumen, ella actuaba como actuaba para lograr lo que queremos todos: que nos quieran.

No es raro que la relación entre padre e hija sea menos conflictiva que con la madre (Freud te banco); competencia, posesión, amor son habas que se cuecen en esa olla. Solo que eso no justifica que Rita se “dis-culpe” por ser la mujer del padre; no es justo que su lugar pase de madre a sirvienta para lograr un poco de afecto… ¿Qué pasaría si se rebelara? Es cierto…las mujeres solemos ceder para evitar desastres…aunque los que generemos sean mayores, pues esos niños necesitan la crianza de sus padres, no de su abuela. Por que esa mujer debería estar descansando, no volviendo a hacer lo que hizo de joven y con fuerza. Porque esas nenas se harían cargo de lo que implica abrir las piernas sin medir las consecuencias.
Esclavos de las necesidades, mendigos de amor, libres cobardes..hasta donde podemos llegar?

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